El Espíritu de la Navidad es un ser cósmico que llena los corazones de la gente con la espera anticipada del regalo más grande habido y por haber, el regalo del potencial Crístico de cada uno.
Mas allá de las costumbres durante estas fechas, muchas de las cuales podrían parecer superficiales, la Navidad tiene una profunda simbología y habría que conocerla para generar el autentico espíritu de amor y benevolencia que busca esta celebración…
De acuerdo a una fuente de enseñanza esotérica el verdadero Espíritu de la Navidad es un ser de gran luz y logro búdico (un nivel de consciencia suprema personificada por el Buda).
Este gran ser o maestro cósmico, Espíritu de la Navidad, regresa y vuelve cada año para impartir la lección del nacimiento del Cristo en el momento de mayor oscuridad dentro de los ciclos de la naturaleza, el invierno. El anuncio de su aparición en el solsticio de invierno es el gran drama cósmico en el que aparece la estrella de la esperanza y el nacimiento del Salvador.
El Espíritu de la Navidad comparte su sagrado oficio con otros servidores de la Luz siendo Santa Claus el vehículo principal; Santa Claus encarna la plenitud de este gran ser, por lo que explicarle a los niños que el Espíritu de la Navidad, es una ser, es lo correcto.
El Espíritu de la Navidad es un ser cósmico que llena los corazones de la gente con la espera anticipada del regalo más grande habido y por haber, el regalo del potencial Crístico de cada uno.
Aquellos regalos que le traen regocijo a los niños, juegos y juguetes con los que rellenan sus calcetas navideñas, todo eso originalmente engrandecía la percepción del niño y la realización de la Personalidad del Cristo; Con los años, en cambio, los regalos que se reparten aportan poco al desarrollo de la verdadera identidad del individuo, por el contrario estos sirven solo para adornar la personalidad externa y fomentar la ilusión pasajera apegándose a lo externo y desaprovechando la gran oportunidad de entrar al corazón del Espíritu de la Navidad.
Dentro de toda simbología existe una realidad; y en Santa Claus continúa estando la esperanza de todos, que la figura del Cristo Universal vendrá portando el verdadero gozo, el gozo de un corazón colmado de amor…
Entra entonces en el aura del Espíritu de la Navidad, y sé ese espíritu.
Puedes serlo cada día del año, al serlo notarás cuanto el Espíritu de la Navidad desea estar en ti, cuanto todos esos años en los que tu esperabas la llegada de Santa Claus, Él también ha estado esperando para vivir en ti. Él ha deseado ser uno contigo, venerando la luz de ese Cristo en tu corazón, adorando el Hijo vuelto a nacer, Santa Claus llega cada año, cada instante como el servidor de la Luz y el discípulo de esa consciencia Crística que nace nuevamente en el hombre.
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