El agua, la azúcar, la maizena, la mantequilla y el jugo de piña se ponen a hervir un rato a fuego suave moviendo constantemente para que la maizena no se pegue ni se formen grumos. Ya que está cocida la salsa, se le agrega el vino y la mostaza.
En un molde de loza refractaria se acomoda el jamón y se adorna con las rebanadas de piña, las cerezas y los clavos; la fruta se puede clavar con palillos de dientes para que no se corra, luego se baña con la salsa que deberá estar bastante ligera y se mete a horno caliente (350°) hasta que el jamón esté doradito; se rocía cada 20 minutos con su propia salsa.
Si se desea servir frío se saca de la salsa para que no se cuaje. Se adorna con perejil chino alrededor.